Motivos para ignorar la propia muerte

La muerte (el proceso de destrucción del “yo”) es una de esas cosas que repelen la atención.

Esta es una lista de los motivos para no pensar en la propia muerte (y en algunos casos, ni siquiera en la de los demás).

 

  • ¿Muerte? ¿Qué es eso?
  • La muerte no existe.
  • El nacimiento y la muerte es algo que sucede a los demás. No recuerdo haber nacido nunca, y no concibo jamás morir.
  • No me gusta hablar de la muerte.
  • En mi familia, en mi trabajo, en mi grupo de amigos, no se habla nunca en serio de la muerte. Sólo hacemos bromas. ¿Por qué habría de tomarme el asunto seriamente?
  • Si me hablaron del tema, no escuché, no presté atención. ¿Por qué? No lo se. La verdad es que
  • No se me había ocurrido que yo pudiera morir. Nunca he pensado en ello. Y ¿Por qué no se me ocurrió? Tal vez
  • Soy poco observador.
  • Me da igual.
  • Tengo poca creatividad. No me imagino a mí (¿yo?) muriendo algún día.
  • Tengo dificultad para pensar por mí mismo, y por tanto
  • Imito lo que hace la mayoría (que no habla de ello), además
  • Tengo miedo a ser diferente, ¿Por que? Porque
  • Si mi comportamiento fuera diferente al de los demás, y debido a ello les hiciera replantearse sus creencias mas profundas, podrían sentirse molestos y atacados, y yo podría dejar de ser aceptado y querido en mis círculos sociales.
  • Mi vida es tan triste que pensar en mi propia muerte sería un error, ya que entraría en depresión.
  • Mi vida es tan alegre que pensar en mi propia muerte sería un error, ya que entraría en depresión.
  • Todas las muertes son plácidas, no me preocupa.
  • Cuando se acerque la hora, estoy seguro de que otros cuidarán por mi para que no sufra.
  • La muerte es sin duda una cosa que sucede en el pasado

 

 

La muerte es una cosa que sin duda sucede en el pasado

Hay diversas cosas que repelen la atención. Una de ellas es pensar en la propia muerte.

Si eres de las personas que eluden el tema de la muerte, no sigas leyendo. Si nunca te has planteado donar tus órganos para que otros puedan vivir, este artículo no es para ti.

No nos gusta pensar en nuestra propia muerte. Es algo que repele la atención, y eso provoca una despreocupación por el asunto que no nos conviene nada de nada.

Me temo que en la muerte ocurra como en el matrimonio: todo el mundo espera que le salga bien, pero la realidad es que muchos salen mal. No es cuestión de ser pesimistas, sino de estar preparados.

¿Cómo quiero morir?

Cuando se acerque el momento, cuando yo ya no tenga apenas conciencia, ni interés mas que en dejar de sufrir, cuando ya no pueda recuperarme, cuando no haya nada que se pueda hacer… me gustaría tener una muerte rápida y sin sufrimiento. No hace falta una agonía final cuando todo esté perdido. No tiene ningún sentido. No lo quiero. Me constan casos de perros y gatos que han tenido muertes mucho mas dulces y rápidas en clínicas veterinarias que seres humanos en hospitales.

http://www.eutanasia.ws/

¿Y qué hacer después con el cuerpo?

El caso de la donación de órganos es un ejemplo de una extraordinaria utilidad obtenida a partir de un cuerpo muerto. Cuando la utilidad es muy grande, mucha gente está de acuerdo en utilizar ese cuerpo muerto para el bienestar de los que siguen vivos. ¿Y que ocurre cuando la utilidad es menor?

A mí me da igual lo que luego ocurra con mi cuerpo: lo pueden usar para investigación, docencia, dárselo de comer a los cerdos, a los cuervos, a los gusanos, como abono, o hacerse un llavero. Lo que sea más útil para los que sigan vivos.

Y opinaré lo mismo para los demás si/cuando tuviera que decidir por ellos en los dos asuntos aquí mencionados:

1) ¿Cómo morir? La muerte sin sufrimiento, cuando ya nada más se puede hacer, es un acto de amor. y 2) ¿Qué hacer con el cuerpo? Sucedida la muerte, dentro de ese cuerpo muerto ya no hay nadie. Hágase con ese cuerpo muerto lo que sea más útil para los que queden vivos. Lo que sea. El respeto y el simbolismo relacionado con los cadáveres (de humanos y no humanos) es algo a superar. No veo que tenga sentido enterrar o incinerar con honores los cuerpos muertos (de humanos y no humanos). Recordemos, si, y honremos, si, la memoria de las personas que estuvieron vivas (humanos y no humanos). Y si sirven a los que siguen vivos (humanos y no humanos), usemos sus cuerpos muertos en favor de los que siguen vivos.

Evidentemente, todo esto ha de realizarse bajo una adecuada regulación y control.

Bruscamente la tarde se ha aclarado 
Porque ya cae la lluvia minuciosa. 
Cae o cayó. La lluvia es una cosa 
Que sin duda sucede en el pasado. 

Quien la oye caer ha recobrado 
El tiempo en que la suerte venturosa
Le reveló una flor llamada rosa 
Y el curioso color del colorado. 

Esta lluvia que ciega los cristales 
Alegrará en perdidos arrabales 
Las negras uvas de una parra en cierto 

Patio que ya no existe. La mojada 
Tarde me trae la voz, la voz deseada, 
De mi padre que vuelve y que no ha muerto.

Jorge Luis Borges

http://www.youtube.com/watch?v=AV1t9_pnoYA